En marzo de 2019 en la exposición logística (PROMAT) más grande de Estados Unidos y quizás del mundo, la del Material Handling Institute (MHI) en Chicago, se repetía una y otra vez la frase: «Los robots llegan para ayudarnos». Tres años después en marzo de 2022 y pandemia por medio, cuando parecía que el mundo se había detenido durante ese lapso, la nueva frase que más sonaba era: «los robots están para sustituirnos» !!.
Hace más de 30 años, anticipando esta realidad actual, se comenzó con la expresión: «lifelong learning» (estudio durante toda la vida), en vista a situaciones como ésta que entonces parecían películas de ciencia ficción. Hoy esa película ya es una realidad y nosotros estamos inmersos en ella.
El momento actual tiene una cuota importante de dramatismo. ¿Pensamos cómo transformar estos desafíos en oportunidades?. ¿Sabemos cómo hacerlo? ¿Creemos que el simple dejar correr del tiempo va a mejorar el estado de las cosas? ¿Reflexionamos en que este desafío ya no se trata solamente de «personas» sino que interpela a la sociedad actual en su totalidad? ¿Personalmente y como parte de esa sociedad, qué rol me toca cumplir? Se trata de aprovechar las oportunidades que permite la tecnología actual. ¿Cómo aprovechar videos, teléfonos celulares, conexiones wifi en cual cualquier lugar y momento, traductores automáticos de idiomas, etc. para ponerle la montura al desafío actual?
Nunca antes estuvieron disponibles tantas facilidades para actualizarse tan cómodamente. Lo que ahora resta es la decisión personal de poner manos a la obra.
El ritmo del cambio se acelera cada vez más. El desafío es no perder la ola y quedar rezagados definitivamente. Involucra tanto a las Empresas como a los individuos. Muchos parámetros y esquemas exitosos de hace décadas hoy son arcaicos y van cayendo por su propio peso, o mejor, por su falta de peso propio, porque demuestran su anacronismo, porque no producen los resultados que alguna vez sí produjeron y porque no tienen la capacidad de entregar los resultados que se busca en ellos.
Para las empresas el desafío es múltiple porque ya no se trata exclusivamente de la absorción de conocimientos por parte de una sola persona. Lo que importa, es cómo capitalizar, almacenar y sistematizar el conocimiento y las habilidades operativas que son parte del patrimonio de la empresa y crecer de manera continua sobre la base de construir conocimiento, sin tener que comenzar de nuevo cada vez, cambiando para siempre la sensación de que el proceso de incorporar conocimiento es más un gasto que una inversión. ¿Cómo aumentar la velocidad de adquisición de conocimientos, la profundidad y la sistematización? Estos son los desafíos actuales.
¿Qué puedo hacer desde lo personal?
El ritmo de generación de nuevos conocimientos es mayor que el que podemos absorber. Por eso es especialmente demandante. Todas estas razones no hacen sino aumentar la importancia y la urgencia de preguntarnos y respondernos cómo y de qué manera me puedo adaptar a estas realidades?
¿Y los países que buscan un desarrollo sostenible, qué están haciendo? Si bien la respuesta no es única, este cambio de paradigmas se orienta a fomentar la actitud del aprendizaje continuo, a estudiar y entender al horizonte y sus expectativas actuales, hacia dónde va el mundo y qué necesidad de nuevos conocimientos estarán interpelándome en un futuro previsible.
No es fácil. Es complicado porque se trata de un fuerte ejercicio de la voluntad para seguir aprendiendo cosas nuevas mientras continuamos con nuestras ocupaciones habituales. Se trata de tener la voluntad de seguir; de no darse por cumplido, de tener la sensación de que lo mejor está aún por venir y entonces, estudiar para perfeccionarse y aprovechar las mil formas posibles de hacerlo y eso como parte del crecimiento personal.
Implica una cuota importante de pasíón. Activar más que nunca el motor interno. Jeff Bezos, presidente, fundador y dueño de Amazon, en una entrevista hace pocos años decía: «nos toca crear el futuro». Que frase tan sencilla, tan directa, tan demandante. Es verdad. El mundo que viviremos no existe aún y en el que vivimos está en fase de cambio sin límites. Vamos a vivir en el mundo que hagamos. Cada vez menos gente piensa que el mundo es resultado de la inercia.
Parte de ese esfuerzo se canalizar en la mejora personal a través del valor agregado que logramos con nuestro esfuerzo personal. No se trata de una solamente de un punto de vista interesante para el debate. Son muchos los cambios que tenemos delante de nuestros ojos y los cambios son amenazas y también oportunidades.
Supply Chain Management. Un realidad no sólo empresarial y técnica sino también social.
En dos palabras. Trabajar con procesos integrados internamente en la empresa y con los de las otras empresas que se suman a la cadena de valor, requiere estar a la altura de las demandas, tener el personal calificado y la tecnología que se adecue a las demandas que se buscan solucionar. No necesariamente a la última tecnología, sino a la que realmente haga falta, juntamente con los conocimientos que son el «estado del arte» en esa porción de la profesión donde me toca actuar. En definitiva, estar a la altura de lo que determinen las exigencias del conjunto.
Contar con buenas cadenas integradas para la producción de valor requiere trabajo en equipo, personas con lo último en conocimiento profesional y formados en forma matricial para saber no sólo de lo específico sino aprovechar los aportes que provienen de otras áreas a las que impactamos con los resultados de nuestra propia área y contando con la tecnología adecuada. De esto depende en buena medida el desarrollo saludable de la sociedad y de las empresas. «Nos toca crear el futuro«.
Algunas preguntas para arrancar
1) Aspiraciones. ¿Con qué aspiraciones alimentamos y soñamos nuestro desarrollo profesional futuro?
2) Curiosidad. ¿Cómo fomentar la curiosidad? Es decir, la actitud constante de preguntarse y preguntar. De querer saber y entender cada vez más el mundo que nos rodea. No sólo en sus aspectos físicos o químicos. Mucho más desde la realidad virtual, la realidad aumentada, la inteligencia artificial, los procesos para lograr calidad consistente; las finanzas; el impacto económico de las acciones que realizamos y las decisiones que tomamos. Mantener una actitud mentalmente activa y estar atentos y no cansarse y perder el ritmo del cambio. En Internet están las respuestas a casi todas las preguntas. Justamente por eso lo más importante es saber preguntar.
3) Vulnerabilidad. Hace unos pocos años era todavia posible pensar que se podía tener un trabajo para toda la vida. Como eso ya no existe aceptamos que muchas más veces que antes, tendremos que volver a comenzar y aceptar estar en el casillero frecuentemente. Sin embargo sí hay algo que es realmente diferente: cada vez cuesta menos aprender y cada vez nos perfeccionamos más a partir de los conocimientos que traemos de antes.
4) Autoconocimiento sin «peros». ¿Conocernos como realmente somos; lo que realmente sabemos y lo que no sabemos?. La actitud de estudiar y aprender no es nueva y siempre al alcance de la mano para cambiar paradigmas que rápidamente van quedando en el pasado.
Foto de Austin Distel en Unsplash