El capital de trabajo en un sentido amplio involucra la inversión de la empresa en activos corrientes o activos circulantes.
Definimos al capital de trabajo neto a la diferencia entre los activos corrientes y los pasivos corrientes.
El término corriente lo entendemos por aquellos bienes o deudas que se establecen dentro del ciclo operativo de la empresa, normalmente se considera un año.
¿Cómo se compone el capital de trabajo?
Pues bien, lo integran los activos corrientes: efectivo disponible en la empresa o en bancos, las cuentas corrientes a cobrar, las inversiones de corto plazo que realice la empresa con sus excedentes financieros y los inventarios de materias primas, insumos productivos, etc., éstos últimos de gran impacto en la gestión de los SChMrs, y para mantener el concepto de NETO, debemos deducir a los activos mencionados, los pasivos corrientes con terceros.
Políticas de financiamiento del capital de trabajo:
Es importante mantener un esquema de liquidez a fin de reducir la probabilidad de insolvencia.
Una elevada liquidez es causa de la subutilización de activos que usamos para generar ventas y una de las causas está relacionada con la rotación de inventarios.
El área financiera debe trabajar en conjunto con los SChMrs para poder determinar correctamente los niveles de inversión en inventarios, que traerán aparejadas decisiones de liquidez y de vencimientos del pasivo.
Estas decisiones deben conducirnos a buscar el equilibrio entre el riesgo y el rendimiento de la empresa.
Seguidamente nos referiremos a las diferentes política de financiamiento que puede optar una empresa:
1. Política Conservadora:
Una política conservadora en la administración del capital de trabajo trae una minimización del riesgo en oposición a la maximización de la rentabilidad.
Financiar con recursos permanentes tanto los activos fijos como los activos circulantes, esta política se basa en que siempre tenemos recursos para satisfacer necesidades inmediatas en materia de crecimiento y que solamente hay requerimientos de recursos de corto plazo cuando los crecimientos estacionales llegan a ser significativos.
Se considera conservadora porque estamos sacrificando rentabilidad, pero estamos a la vez disminuyendo el riesgo.
Las deudas de largo plazo + el capital de la empresa financian los activos permanentes y los temporales y en determinadas ocasiones se generan excedentes que son invertidos hasta que las necesidades operativas vuelven a requerir de fondos, los cuales son nuevamente aplicados al financiamiento de corto plazo.
2. Política de Cobertura:
La cantidad de recursos de recursos permanentes empata con las necesidades de carácter permanente, esta política se basa en que en cualquier momento la empresa tiene una necesidad de financiamiento de corto plazo.
Esta política también se conoce como de coordinación de vencimientos. Ya que el plazo de solicitud de los créditos con terceros debe empatar con la estacionalidad.
3. Política Agresiva:
Opuestamente a la política conservadora, una política agresiva pondría énfasis en el aspecto de los rendimientos sobre la decisión riesgo – rentabilidad.
La cantidad de recursos no alcanzan a cubrir las necesidades de activos fijos y de activo circulante permanente.
Esta política se basa en requerir siempre financiamiento de corto plazo.
Se están financiando buena parte de sus activos permanentes con recursos de corto plazo. la deuda va a crecer en la medida que se necesite mayor capital de trabajo.
Esta política requiere de un manejo financiero muy profesional de su Tesorería porque tendrán la necesidad de darle un carácter permanente a las deudas de corto plazo que por su naturaleza son transitorias.
Esos recursos transitorios no son pagables dado que tendrían que disminuir la operación para cancelarlos.
El financiamiento permanente con deudas de corto plazo que por su característica son transitorias, obliga a las empresas a darle revolvencia a las deudas de corto plazo.
Es una política agresiva ya que al darle un carácter permanente a las deudas de corto plazo, reduce el costo financiero y en consecuencia aumentará la rentabilidad,
¿Por qué decimos esto?: por la premisa que los recursos de largo plazo siempre tendrán un mayor costo que los recursos de corto plazo.
Los tipos de financiamiento transitorios a obtener por las empresas:
- Acuerdos en cta. cte. para sobregirarse en descubierto con bancos.
- Uso de tarjetas corporativas para compras de insumos.
- Descuentos de cheques de terceros.
- Préstamos renovables a 30 días.
- Recursos aportados por los accionistas como préstamos financieros de corto plazo.
- Acortamiento de los plazos de cobro a los clientes con descuentos financieros.
- Profundizar la gestión de las cobranzas, buscando minimizar la morosidad espontánea.
- Buscar un apareamiento de los vencimientos de los pasivos de corto plazo con los términos normales de cobranza.
- Alargamiento de los plazos de pago a los proveedores con reconocimiento de costo financiero. Las tasas en estos casos deben ser inferiores a las del mercado.
- Endeudamiento a través del mercado bursátil mediante la emisión de acciones o bonos a plazos menores del año.
Como podemos ver, estas decisiones sobre políticas de administración de capital de trabajo y tipos de financiamiento están influenciadas por la compensación entre el riesgo y la rentabilidad.
Si lo vemos desde el punto de vista de los activos corrientes, cuanto menor sea la proporción de éstos, mayor será la rentabilidad sobre el total de las inversiones de la empresa.
Si lo analizamos desde el lado de los pasivos, la rentabilidad se mide por el costo de las distintas fuentes de financiamiento y el uso durante los períodos en que no se los utiliza.
Normalmente los costos explícitos de las deudas a corto plazo son menores que los de las de largo plazo, o sea que, cuanto mayor sea la proporción del uso de las deudas de corto plazo, mayor será la rentabilidad de la empresa.
Además, la utilización de deudas de corto plazo permite disminuirlas en aquellos momentos en que por estacionalidad o por incrementos en los ingresos no las necesitamos; esto también hará obtener una mayor rentabilidad.
Principales dudas a resolver:
¿El capital de trabajo es el adecuado para asegurar rentabilidad sin poner en peligro la liquidez?
¿En qué momento conviene invertir o desinvertir en activos corrientes, modificar la combinación de estos o cambiar las fuentes de financiamiento?
El análisis del ciclo del capital de trabajo operativo de la empresa:
Vemos como la empresa debe cumplir con su ciclo operativo, desde la compra de materias primas o insumos, implica que el dinero así aplicado, lo transforma en mercadería para poder venderla y que nuevamente se convierta en dinero a través de la cobranza a sus clientes.
Estos ciclos no necesariamente serán iguales, tanto en su constitución como en su duración, para todas las empresas, dado que estarán en función de la cantidad de etapas que deberán cumplirse para cerrar el círculo.
Por lo tanto, podemos deducir que cuanto menor sea el ciclo, mayor será la rotación del capital de trabajo, o sea, menor la inversión en capital de trabajo.
La duración del ciclo condiciona la magnitud requerida de capital de trabajo y dependerá del sector de la economía en el que realiza sus actividades y del nivel desarrollo tecnológico que tenga disponible para su actividad.
Comentarios finales:
Ante restricciones económicas y/o financieras, el financiamiento del capital de trabajo se vuelve crítico para conservar el equilibrio entre liquidez y rentabilidad, y la política que se adopte será determinante para la rentabilidad de la empresa.
Las políticas de financiamiento del capital de trabajo involucran directamente a los responsables financieros en la búsqueda y obtención de los medios más adecuados, como una tarea imprescindible para llevar adelante el objetivo básico que es maximizar el beneficio para los accionistas.
Cuando una parte importante de los activos circulantes tenga el carácter de permanente, las necesidades de financiamiento deberán ser consideradas por períodos prolongados.
En cuanto a los inventarios, deberán controlarse de manera periódica, buscando optimizar el uso de estos, el índice de rotación se convierte en un KPI clave para la organización y de especial atención por parte de los SChMrs y de los responsables financieros. Un buen control de inventarios nos va a permitir también tener bajo control el equilibrio entre la liquidez y la rentabilidad, buscando minimizar las inmovilizaciones de fondos, optimizando las rotaciones de cuentas a cobrar, las rotaciones de inventarios, y perseguir un enfoque de cobertura financiera que permita mantener fondos durante los períodos en que no son necesarios.
La habilidad de la empresa para poder administrar de una forma apropiada los activos corrientes y los vencimientos del pasivo es responsabilidad de todos y esa habilidad determinará qué tan bien está preparada la organización para sobrevivir en el corto plazo.