El Gran Cañón del Colorado se comenzó a formar hace 2.700 millones de años. Y se terminó de formar hace 270 millones de años. Hace 6 millones de años, el ahora Gran Cañón era el cauce del Río Colorado. Lo que se observa en las fotos es una de las maravillas geológicas más importantes de la tierra. Es el producto de la erosión de tantos millones de años producido por el agua, el viento, los cambios abruptos de temperatura entre el día y la noche, los inviernos y los veranos. Para completar esta serie de datos, basta mencionar que la edad de la tierra, nuestro planeta es 4.500 millones de años.
Nos resulta difícil elegir la mejor de las fotos y las filmaciones con las que vamos armando este viaje de estudios.
Al atardecer la gente se concentra en los acantilados para ver la puesta del sol. Un espectáculo inmenso, que permite apreciar lo sobrecogedor de este panorama. Es impresionante pensar que lo que estamos observando se viene repitiendo todos los días durante los últimos 2.700 millones de años. Los humanos no tenemos idea de lo que significa esa inmensidad tanto en tiempo como en espacio. El Gran Cañon tiene una extensión de aproximadamente 270 millas de largo, o 435 kms. Hay 22 kms de bordes cortados como acantilados que se pueden recorrer a pie y también una parte en auto, para los que deseen. Se repite mágicamente el número 270 en todos los datos que vamos recabando del Gran Cañon. Su profunidad es de una milla: aproximadamente 1650 mts.
Retomando el dato del paso del tiempo, durante el recorrido hay carteles instructivos sobre diversos aspectos de interés. Uno de ellos muestra en diferentes fotos, como en el juego de los 7 errores, las diferencias que se pueden observar de ciertos puntos con fotos tomadas en 1983 y hoy día. Hay piedras enormes que ya no están en el mismo lugar: la erosión se ha ocupado de debilitar la base donde se apoyaban y han caído. Hay algunas otras que están señaladas como las más cercanas a caer en algún momento cuando la naturaleza haya completado el trabajo que realiza sin prisa y sin pausa. Es tal la inmensidad del tiempo que pasa en estos lugares que se podría decir: si volviéramos por acá en 1 millón de años, ¿cómo volveríamos a encontrar las cosas?. Al comparar 1 millón contra 2700 millones resulta imposible imaginar nada.
Otro momento de congregación de la gente que visita el Cañon es la madrugada. Esta mañana el sol salió 6.30 y ya desde mucho antes, en un profundo silencio que invitaba a meditar la magnitud del espectáculo, con mucha gente nos habíamos concentrado en el frío del amanecer al borde del acantilado para no perder detalle de tan hermoso espectáculo. Todo acá respira una enorme admiración y respeto por la obra magnífica de Dios. Se nota en distintos aspectos de aprovechamiento y cuidado al máximo de aspectos y matices que podrían parecer triviales en una interpretación descuidada de la realidad. El cuidado del agua es uno de ellos. El agua que se usa en los lavabos, se utiliza luego para llenar los tanques de los inodoros. De la misma manera se utiliza el agua que se usa en las duchas. Y así, porque se considera al agua como un don fundamental y vital que no puede desperdiciarse.
La experiencia no podría haber sido más gratificante. Al enorme placer de observar esta obra de la creación se une el aprendizaje de tantas cosas que la vida en la ciudad simplemente nos hace olvidar que existen, o peor aún, perder el placer de experimentarlas. La abundante presencia de carteles ilustrativos a lo largo del camino que bordea el Cañon, sirve para aprender de manera rápida y simple de aspectos varios que habitualmente no se conocen. Observar de cerca y conocer con más profundidad la naturaleza es una enorme enciclopedia abierta para entender y querer más al entorno que nos alberga.
En el camino y como otra nota de color nos encontramos sobre la autopista con una pared representando a una de las grandes organizaciones de logística del mundo. La foto no requiere de más aclaraciones.
Algunos videos: